Yo tengo un hada madrina pero no como la de Cenicienta.
Ella es alta y delgada. Su pelo largo y rizado, rojizo como el fuego.
Cuando se lo suelta parece la hirsuta melena de un león.
En su cara serena relucen sus ojos verdes con una mirada triste, pero soñadora. Cuando se ríe su boca llena la cara y una respingona nariz asoma.
Su cuerpo frágil cual porcelana y su piel pálida, como si estuviera envuelta en nieve.
Es una persona amable, alegre y soñadora. Es muy creativa por eso es escritora, ya ha publicado su primera novela. Le gusta leer, bailar flamenco y los sábados da clases de esgrima.
Cuando estoy con ella me siento feliz porque me escucha y me comprende.
¡Es la mejor “hada” madrina!
Ella es alta y delgada. Su pelo largo y rizado, rojizo como el fuego.
Cuando se lo suelta parece la hirsuta melena de un león.
En su cara serena relucen sus ojos verdes con una mirada triste, pero soñadora. Cuando se ríe su boca llena la cara y una respingona nariz asoma.
Su cuerpo frágil cual porcelana y su piel pálida, como si estuviera envuelta en nieve.
Es una persona amable, alegre y soñadora. Es muy creativa por eso es escritora, ya ha publicado su primera novela. Le gusta leer, bailar flamenco y los sábados da clases de esgrima.
Cuando estoy con ella me siento feliz porque me escucha y me comprende.
¡Es la mejor “hada” madrina!